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La Caída y el Rescate del Amor Novela

Capítulo 1953
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Capitulo 1953 Los sirvientes a su alrededor quedaron tan sorprendidos por sus palabras que se paralizaron, olvidando por completo qué hacer.

Sin embargo, la reaccién de Octafue como si realmente se sintiera amenazado por Alicia, ya que no hizo ningn movimiento.

Alicia arqued una ceja, retiré su mano y comenzé a desenroscar lentamente la tapa del ungiiento con sus largos y palidos dedos.

“Para ser honesta, en este momento preferiria que no seas bastante obediente.” Murmurd para si misma, “Cuando se necesita que obedezcas, no lo haces, y cuando no deberias hacerlo, te comportas como un trozo de madera.” Ella exprimié un poco del ungiiento amarillento en la yema de su dedo y lo aplicé cuidadosamente en la herida de la comisura de los labios de Octavio.

El dolor que le provocé hizo que Octainclinara ligeramente la cabeza.

Alicia bajo la cabeza, mirandolo friamente y dijo, “;Qué estabas pensando hacer al principio? ¢Ahora sabes como esconderte?” A pesar de que su estado de animo no era tan calmado como parecia superficialmente; comparado con la bofetada que le acababa de dar, la ira no se habia disipado mucho. Sin embargo, incluso asf, cuando levanté la mano para golpearlo, Alicia intencionadamente usd la izquierda, golpeando su mejilla derecha para evitar la herida en su lado izquierdo.

“Alicia, ya te dije que no necesito el ungiiento. ;No entiendes lo que digo o simplemente te gusta llevala contraria en todo?” Octagiro su rostro, rechazando la supuesta JR Alicia.

Alicia incrementd la presion inesperadamente, haciendo que el dolor fuera mas intenso.

Aun asf, no abandoné su intencién de aplicarle el ungtiento.

Octase quedo atrapado bajo ella en el sofa, y en ese momento solo podia levantar la cabeza ligeramente, mirandola con ojos estrechos y frios.

“Te lo advierto por Ultima vez, detente de inmediato, baja de encima de mi o nunca mas pienses en cruzar la puerta de la familia Benito.” Los ojos de Alicia se detuvieron durante un momento, luego bajo la mirada hacia sus ojos, pensativa.

Octaentrecerro los ojos, “;Qué estas pensando hacer ahora?” Su forma de pensar era tan diferente a la de los demas que cada vez que giraba los ojos, algo fuera de lo comin sala a la luz.

Alicia levantd la mano, gird el ungiiento entre sus dedos, incliné ligeramente la cabeza y tocandose los labios con los dedos dijo lentamente: “Estaba pensando, ;c6mo amenazaste a Mireia?” Octamedité durante unos segundos, aparentemente recordando la conducta de Mireia de ese dia, “Nadie mejor que tu entiende lo que significa un mal trato.” “Si eso dices, ahora tengo mas curiosidad,” Alicia liberé una mano, abriendo la bata de Octavio.

1/4 12:56 El rostro de Octacambid de inmediato, y casi instantdneamente agarré la mano de Alicia.

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“jAlicia!” La mirada de Alicia recorrié su cuerpo, deteniéndose por un momento, “Sé que mi nombre suena bonito, pero no tienes que gritarlo cada vez que nos vemos. Y si realmente tienes que hacerlo, ;podrias ser un poco mas gentil?” No se notaban heridas evidentes en su cuerpo, solo algunos hematomas leves en el pecho.

Pero en ese momento, fruncié el ceal instante y bajo la mirada hacia Octavio, “; Puedes soltapor favor?estas lastimando dafio.” Octavio, al ver las gotas de sudor en la delicada punta de su nariz brillando bajo la luz y sus cejas ligeramente fruncidas, noté que ella parecia no estar mintiendo.

La mano que sujetaba su mufeca aflojo su agarre repentinamente; bajo la mirada y claramente las marcas evidentes que habia dejado en su mufeca.

Inmediatamente frunci6 el cefio.

Tan delicada.

Se habia convertido en una mufieca de porcelana intocable bajo la influencia de la familia Valdiva.

Aprovechando el momento, Alicia extrajo un poco mas de ungiiento y lo aplicé descuidadamente sobre el pecho de Octavio.

El contacto de sus manos calidas y suaves hizo que el cuerpo de Octase tensara imperceptiblemente.

Durante tantos afios, nadie habia tenido un contacto tan intimo con él.

De hecho, Alicia habfa tomado ya demasiadas excepciones que le pertenecian.

No importaba lo que él hiciera, no tenia ningun efecto en ella.

Después de aplicar el medicamento, Alicia se/incliné para soplar sobre el érea donde habfa aplicado el ungtiento, con la intencién de secarlo rapido y bajar su ropa.

Quién sabe, sus propias orejas estaban tan calientes que casi podian cocerse.

Pero apenas habfa exhalado su aliento, como si Octahubiera percibido algo, su cuerpo se puso tenso de repente. Antes de que pudiera comprender completamente esa sensacion, sintié una fuerza repentina que la arrastraba hacia atras, cayendo de golpe sobre el suave sofa.

Octavio, con el rostro sombrio, se quitd la ropa con un gesto brusco y se levantd. Su hermoso rostro mostraba una ira evidente y temblorosa.

“Alicia, tienes dieciséis afios, no seis. (No te da verglienza?” Aunque el sofa era blando, Alicia se sinti6 mareada por la caida. Recobrandose, se recliné en él, frotdndose la mufeca y alzando la mirada perezosamente. Su voz tenfa un tono suave y un encanto que le eran caracteristicos.

“iAsi que finalmente te has dado cuenta de que tengo dieciséis y no seis?*, hizo una leve pausa y cambi6 de postura, “Es cierto, muchos de mis compafieros ya han tenido varios novios o novias. ¢Por qué res tan conservador en tu forma de pensar? ;Tienes que esperar hasta los dieciocho para tener una relacién y enamora En ese momento, Octasolo sentia impaciencia y enojo.

R Capitulo 1953 “Vete de aqui.” Alicia se levanté del sofa y replicé: “Aln no he terminado de aplicar la medicina.” Los ojos de Octase estrecharon peligrosamente al acercarse dos pasos hacia ella, pero se detuvo a una distancia segura.

“iAsi que tu supuesto ‘amor’ consiste en contradecicontinuamente? Hay limites para hacer lo que te plazca.

No todo lo que la seforita Valdivia desea puede ser suyo. No hay muchos hombres que aprecian a una mujer que no es obediente.” “iEntonces Mireia es una mujer obediente?” Alicia pregunté de repente.

“Al menos ella sabe qué eleccién hacer frente a una amenaza.” Alicia solté una risa irénica, “Entonces, ¢qué tipo de amenazarla hizo ver como te lastimabas y aun asf decidir no tratarte?” Las manos de Octaa su lado se cerraron en pufos.

El no respondié, pero Alicia continué con una sonrisa leve: “Supongo que recibié alguna amenaza... ;No serfa que la amenazaste con las clases de apoyo? Si ella se empefiaba, jentonces se acabarian las clases?” El rostro de Octase oscurecié ain mas.

Pero Alicia ya sabia la respuesta por su reaccion.

“Parece que he acertado.” Dijo y solté una risa suave e irénica, “Asi que ¢los hombres como tu prefieren ese tipo de mujeres?” iPermitir que se queden a tu lado, ignorando tus heridas? “Para ser honesta,alegra que Mireia se sienta amenazada por esto, al menos no la dejaste tocarte. Pero no puedo evitar criticar el mal gusto de los hombres.” Alicia sabia que en esta situacién, Octano se sentarfa pacientemente a que le aplicara la medicina, y en ese momento tampoco tenia el &nimo para seguir discutiendo. Aplicé todo el ungiiento en la palma de su mano, se acercé a él y, al inclinarse, unté descuidadamente sus heridas, luego se puso de pie y lo miré con frialdad.

“He renunciado a un vaso de leche y he perdido la hora de dormir solo para venir a tratar tus heridas. El hecho de que hayas acordado darle clases a Mireia y que hayas resistido el dolor para seguir ensefiandole todaviamolesta.” “Puedo darte la oportunidad de cometer errores, pero el limite es la distancia actual entre ti y Mireia. Si alguno de ustedes dos alglin contacto mas alla... Octavio, por mucho que te quiera, no te aceptaré de nuevo.” “En cuanto a los hombres, creo que si yo, Alicia, asiento, no deberia haber escasez a mi alrededor. Es solo que prefiero ser selectiva.” “Pero quién sabe, soy bastante esponténea, nunca he amado de verdad a nadie y mucho menos he experimentado el amor. Si realmente hay un hombre decente que se interesa por mi... ;quién sabe si caeré en eso? Después de todo, si puedo entender que tu eres joven y no quieres comprometerte, tampoco olvidaré que yo también tengo solo dieciséis afios, y todo es un territodesconocido lleno de curiosidad para mi. No subestimes el deseo de exploracién de una mujer.” “;En serio?” Octafruncié el cefio, con un destello gélido en su mirada, “;No crees que ese tipo de .

12:56 amenaza parece demasiado infantil? ;Crees que puedes amenazamme?” Alicia sonrié con los ojos entreceriados, “;Crees que esto es una amenaza?” Octase puso tenso y su rostro se endurecio.

El estado de &nimo de Alicia mejoré inesperadamente. Gir6 la cabeza hacia la bolsa de medicina sobre la mesa de café, “Recuerda aplicarte el unguento, yo la compré. No uses la de otra persona. Estoy cansada,voy a casa a dormir. Tu también deberias ir a descansar pronto.” Termind de hablar, se tocd la muiieca que aun le dolia y se dirigié hacia la puerta.

Octase qued6 inmovil y ni siquiera se gird.

Alicia no tenfa grandes esperanzas puestas en él. Su coche estaba aparcado justo en la puerta, asi que en cuanto salid, ya se encontraba alli.

El conductor, al verla salir, &gilmente le abrid la puerta del coche.

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Justo antes de subir, Alicia se detuvo por un momento, se giré hacia los dos empleados que la habian acompaiiado hasta la puerta, y la luz brillante de la casa se filtraba a través de la puerta entreabierta.

Se sentia mucho mejor que cuando llegé, pero en ese momento su rostro reflejaba cierta confusion.

Disimuladamente se tocé la piema y la raiz.

A pesar de que la habia empujado demasiado rapido, ella tenia la sensacién de que, por un instante, algo caliente y duro la habia tocado.

Incluso ahora, no podia deshacerse de esa sensacion persistente que, sin razén aparente, le importaba demasiado.

“iSeforita?” El conductor no sabia en qué estaba pensando ella y la inst6 con una voz baja. Alicia recobrd la compostura, sin decir una palabra y se subi6 al coche.

Octahabia sido superado una vez mas por esta mujer.

Parecia que cada vez que estaba frente a ella, nunca lograba tener la ventaja.

Bajo la mirada hacia su pierna, cubierta con una capa espesa de ungiiento pegajoso. Las palabras de la mujer, la imagen de ella arrodillada tercamente aplicandole la pomada, cada palabra, cada momento y se repetian claramente en su mente, incluso el golpe que le cuando entré por la puerta.

El habia sido el golpeado.

El habia sido el regafiado.

El también habia sido refutado hasta quedarse sin palabras.

Era él quien, en todo momento, estaba en desventaja.

Era ella quien, desde el princihasta el final, ejercfa la insolencia y arrogancia tipica de una senorita de la familia Valdivia, terca y obstinada en sus defectos.

Pero al final, parecia que él era el que mas se beneficiaba y estaba en la posicion mas ventajosa.

/ Pero, en realidad, no era asi. ;Cémo podria permitirse seguir perdiendo? Esa Ultima amenaza, ;no era un intento de recuperar al menos un poco de control?